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lunes, 5 de julio de 2010

¡Estoy viviendo un romance!

"¡Estoy apasionad@!" ¡Descubrí el amor de mi vida!" El sueño de much@s jóvenes es vivir una gran historia de amor; especialmente l@s que empiezan a soñar por medio de libros románticos, películas, novelas e incluso hechos reales de la vida diaria. Despúes de penetrar en ese clima sueñan, imaginando escenas y se dejan envolver en un mundo de fantasías, esperando  encontrar a alguien encantado, que l@s ame y puedan vivir felices para siempre. Algun@s se sienten frustrad@s porque nunca han vivido una historia de amor, lloran y se preguntan hasta cuándo estarán en esa situación, esperando el día de la realización de ese deseo.

Lo que queremos mostrar es que hay una gran historia de amor en la cual tú estás involucrado. Esto nos lo revela la Biblia por medio del libro de Cantar de los Cantares. En ese libro se nos muestra el romance entre un rey y una campesina. Eses rey, debido a que amaba a la campesina, se hizo campesino para acercarse a ella, la llevó a su palacio y allí la convirtió en una reina. El rey simboliza a Cristo y la campesina es representad@ por ti. Nuestro Dios, debido a que nos amó, un día se hizo carne y vino a vivir entre nosostros (Juan 1:1, 14). Él dejó Su gloria, así como un rey deja su palacio, y vino al mundo a buscarte a ti. Él pasó por los sufrimientos de la vida humana, fue despreciado, traicionado, sabía que moriría en la cruz, pero no retrocedió. ¿Por qué? ¡Porque te ama! Tú eres la meta del Señor. Él pago un alto precio para ganarte. No podemos imaginar Su alegria cuando nosotros lo amamos, correspondiendo a Su amor: "Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos" (Isaias 53:11).

Pero tampoco podemos imaginar Su tristeza cuando no le ponemos atención. ¿Cuántas veces Él tocó a tu puerta y no le atendiste? ¿Cuántas veces Él procuró despertar tu atención, tu mirada pero no le correspondiste? Esa es nuestra historia. Muchas veces vamos tras otros amores. El mundo nos seduce, Satanás arma trampas y nos atrapa en ellas. Es como una historia en la cual el protagonista tiene un mal carácter, y quiere solamente sacar provecho de las situaciones, gana el amor de una joven que deja el amor de aquel que la ama.  En 2 Corintios 11:3 Pablo dice: "Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo". Cuando conocemos Su amor, vemos que no hay nada mejor.
¿Vives tu relación con el Señor como un verdadero romance o como un detalle de tu vida? Debemos ver que esa relación durará toda la eternidad y el Señor nunca nos frustrará ni nos dará disgustos como en los romances del mundo. Él ya nos dio pruebas de Su amor por nosotros. ¿Qué estamos esperando? ¡Entreguémonos a ese romance! Para que esto suceda, es necesario conocer cada vez más a nuestro amado. Si no lo amamos tanto es porque no lo conocemos bien. Ahora podemos comprender por qué aquellos que buscan al Señor genuinamente lo aman tanto. Para amarlo necesitamos conocerlo más por medio de la lectura de la Biblia, de la oración y de la comunión, con aquellos que lo conocen verdaderamente.

¿Sabías que el universo entero acompaña tu historia de amor con el Señor Jesús? En Romanos 8:21,22, vemos que toda la creación gime y soporta con angustia hasta ahora, debido al cautiverio de la corrupción, esperando el resultado de su relación con el Señor. hay una hinchada, un público que está preenciando todo. Todos esperan ver un final feliz de esa historia de amor. Si buscas al Señor y vives con Él, serás transformado de campesina en una reina. Cuando eso ocurra, los montes y los collados romperán en cánticos y todos los árboles del campo batirán palmas (Isaias 55:12). Hay una nube de testigos que nos rodea y nos está contemplando (Hebreos 12:1). Debemos tener claridad al respecto. Al despertarnos en la mañana, estemos conscientes de que la hinchada está presente, vibrando cada vez que amamos al Señor; y se entristece cuando amamos al mundo y todo lo que éste nos ofrece. En todo instante, esa historia se está escribiendo. Su desarrollo y final depende de ti.

El Señor Realmente nos ama. Él te ama y te quiere, aunque tengas defectos, manchas y arrugas. Él te ama aunque lo hayas traicionado muchas veces (Jeremias 3:1) . Tal vez tú nunca hayas visto desde esta perspectiva el amor del Señor, como un romance, pero esa es la realidad. Es un romance del cual eres parte. Por medio de tu aceptación y búsqueda, alcanzarás un final feliz, que durará toda la eternidad, en la cual será uno con el Señor. Cantar de los Cantares nos muestra esa historia con todos los detalles. Lo más importante es que sea tu historia.

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